Kiko Veneno. Joy Slava. 23/05/09

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Comienza aquí una nueva sección de este blog, en la que iré haciendo mis críticas de libros, discos y conciertos. Nada nuevo, pero llevado a una sección espero que un poco más constante y seria que lo que he venido haciendo últimamente.

"Kiko Veneno volvió a los escenarios madrileños como sólo artistas de su talla pueden hacerlo. El de Figueras le dio la vuelta al stablishment musical establecido, ese de componer, grabar, vender discos y ya por último girar. El se ha dedicado a componer para pasar directamente a los escenarios, sin grabar previamente y sin haber vendido ni un solo disco. En casos así lo más sorprendente es encontrarse una sala llena, pero Kiko lo consiguió. Tal vez de público despistado esperando los clásicos Joselito y compañía, o tal vez de un público fiel que sigue la carrera de este artista haga lo que haga.

En ningún momento dejaron de oírse entre el público gritos pidiendo temas clásicos, pero Kiko no venía a Madrid a repetir repertorio, sino a presentar uno nuevo. Temas que no defraudaron, siguiendo por un lado el camino que había tomado en “El hombre invisible”, de canciones más maduras, como puede ser la canción que da nombre a la gira “Dice la gente”, que tiene un sonido nuevo para Kiko, pues suena a blues del desierto, a sahel. Por otro lado, no olvida ese lado canalla e irónico que siempre le ha caracterizado, en rumbas más clásicas del autor, como el “Mosquito suicida” o la “Rumba de la crisis”, con la que terminó su presentación de los nuevos temas. Y en medio de estas dos líneas, como gran amante de las versiones, introdujo su propia versión traducida de I am the walrus, de los Beatles. Le acompañó en algún tema su amigo Tomasín, con quien ya compartió formación en G5, pura fibra en el escenario para animar el concierto, pero que musicalmente no supuso una gran aportación.

Llamó la atención la falta de bises, pero Kiko está en otra onda, rompiendo con lo que se supone que tiene que ser una gira y un concierto. Se trataba ayer de un actuación más pensada como una obra de teatro que como un concierto festivalero, en la que finalmente no defraudó al público que se había acercado a escuchar algún clásico, y acabó tocando cinco temas de su extensa discografía, finalizando con el famoso "Volando voy", coreado por todo el público de la sala.

Hay quien se queja constantemente de que la industria musical ya no funciona como antes. Otros, como se pudo comprobar de nuevo ayer con el señor Kiko Veneno y su banda, se reinventan constantemente."